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Los pensamientos pueden tener efectos inimaginables en nosotros. Nos pueden tener en la cúspide del bienestar emocional y psíquico, como también nos puede relegar al último lugar de importancia como ser humano ante el mundo. Este hecho, la psicología cognitiva lo tiene muy claro, ya que entiende la manera en que nuestra mente funciona y se relacionan diferentes mecanismos, tanto a nivel emocional, como conductuales.

Aaron Beck, es un conocido psicólogo y psiquiatra quien fue el propulsor de la Terapia Cognitiva aplicada en la depresión y al ansiedad principalmente. Según la teoría de Beck las personas con depresión presentan problemas en tres áreas principalmente. Y en una de ellas, la Tríada Cognitiva, será la que nos centraremos principalmente en este artículo.

Aaron Beck en el 2016

La Tríada Cognitiva de la depresión

Se llama así a una de las tres alteraciones cognitivas descritas por Beck y que se refiere a:

  1. Visión negativa de sí mismo: Las personas muestran una percepción empobrecida de sí mismos, en donde se visualizan como seres sin capacidades, vacías, solas, torpes, enfermos, con un mundo interno desbaratado, sin herramientas personales, delegándose casi a infrahumanos en muchos casos. Hablamos de personas que se sienten inútiles y poco valiosas, por lo que según Beck, creen carecer de los atributos necesarios para alcanzar la felicidad. Asimismo, a pesar de un montón de buenas características que los demás podemos ver en ellos, éstas personas las ignoran o simplemente las minimizan.
  2. Visión negativa del mundo: El ambiente en el que la persona con depresión se desenvuelve se torna frío, difícil y hostil. Es un mundo que le entrega problemas y demandas exageradas que la persona (con su visión negativa de sí mismo) no cree capaz de superar. Se relaciona con el mundo, en términos derrotistas, donde este mundo lo abate, lo castiga y lo deja a la deriva. En este mismo sentido, hablamos de desafíos grandes hasta desafíos pequeños como lo puede ser el levantarse en las mañanas, asearse o comer.
  3. Visión negativa del futuro: La percepción del futuro, a proyectos personales, laborales, o familiares, están condenados al fracaso, solo esperando de la vida tristezas y desventuras, las expectativas son de fracaso, sienten que su situación actual no cambiará, y que probablemente solo empeorará con el paso del tiempo. Evidentemente, si tienen una visión negativas de sí mismos, y del mundo, difícilmente pensarán que su futuro les traerá buenas nuevas.
Una pintura de Caspar David, un paisaje oscuro, con arboles sin hojas, un cementerio y al centro una ventana en una pared de una casa que parece haber sido derrumbada hace años
Abtei im Eichwald – Caspar David Friedrich

En este sentido, podemos ver que la tríada cognitiva se interrelaciona, entendiendo que estas tres visiones negativas se influyen mutuamente. Si la visión que tengo de mí es de alguien inútil o sin capacidades, y además mi mundo es hostil, no tendré una visión del futuro positiva. Por lo que éstas alteraciones cognitivas, conllevan que la persona depresiva se mantenga en este estado, sin buscar en el mundo la ayuda que necesita o personas que la puedan orientar y/o contener, con varios síntomas asociados, el pronostico no se ve favorable, según esta percepción distorsionada de la persona.

Chile presenta una de las tasas más altas de depresión, aún así, desde los organismos estatales no han emitido anualmente cifras oficiales con respecto a la salud mental del país, ni tampoco contamos con una ley o políticas publicas que nos ayude a combatir de manera eficaz este trastorno. De todas formas, nosotros podemos ayudar de alguna forma, por lo que te entregamos algunas recomendaciones que de seguro te ayudarán.

¿Qué hacer si tengo depresión o conozco a alguien que tenga?

En primer lugar, debemos tener en claro que la depresión no es autodiagnosticable, por lo que buscar los síntomas en internet o algún otro medio digital, sin una evaluación por algún profesional de la salud mental, sería un gran error.

  • Buscar apoyo psicológico y una evaluación de un profesional que pueda adaptar un tratamiento a tus necesidades.
  • Evitar la automedicación sin la consulta de un médico psiquiatra.
  • Entender que la depresión es más que solo estar triste o cansados, es una enfermedad y se trata como tal.
  • Buscar apoyo familiar o con amigos con quienes tengamos más confianza.
  • Si eres amigo o familiar, evitar menospreciar los síntomas o los pensamientos de la persona con depresión. Debemos procurar empatizar y validar sus emociones.
  • Intentar retomar actividades básicas, armar una rutina del día a día, realizar actividad física y alimentarse de manera balanceada.
  • Proponerse proyectos personales a corto, mediano y largo plazo, entendiendo de antemano que existe la posibilidad de fracaso de estos, así reducimos el nivel de frustración si es que no se concretan.
  • Pedir ayuda no está mal, todos la necesitamos en algún momento y la depresión es algo tratable, no es para toda la vida, la salida a esto es posible, requiere de tomar las decisiones correctas, consultar con un profesional y mucho esfuerzo.

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Pablo I. Solis

Psicólogo Clínico
Diplomado en Prevención del suicidio

Psicólogo Clínico con tendida experiencia en clínica desde la teoría Racional Emotiva enfocado principalmente en la depresión y en la conducta suicida, siendo expositor de estos temas en seminarios relacionados a la salud mental.

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