Los anticonceptivos son métodos que se utilizan con el fin de prevenir el embarazo durante las relaciones sexuales. Los más populares son los de tratamiento hormonal y de barrera. Estos últimos también son utilizados para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS) como la sífilis, la gonorrea y el VIH (González, 2014).

A lo largo de la historia, se han explorado diversos métodos para prevenir el embarazo. Estos métodos van desde la introducción en la vagina de sustancias como miel y bicarbonato de sodio, hasta el uso de aceites y metales pesados como el plomo o el mercurio. Incluso, la historia bíblica de Onan, hace referencia al coitus interruptus, una práctica que también estaba respaldada por la religión islámica. Posteriormente, se logró el desarrollo inicial de lo que eventualmente se transformaría en el condón. En sus comienzos eran fabricados con membranas extraídas de los intestinos de animales y su uso estaba destinado principalmente a prevenir la sífilis y otras infecciones de transmisión sexual.

El nacimiento de Venus - Sandro Botticelli (Italia, 1484)
El nacimiento de Venus – Sandro Botticelli (Italia, 1484)

El deseo de disfrutar del sexo sin el riesgo de embarazo ha existido desde tiempos antiguos. Un ejemplo es el Papiro de Petri, que data del 1850 a.C., el cual sugiere el uso de excremento de cocodrilo como un método para controlar el embarazo. Asimismo, el Papiro de Ebers, que proviene de alrededor del 1550 a.C., describe el uso de un tipo de tampón hecho de lienzo empapado en miel y brotes triturados de acacia. Este tampón se introducía en la vagina como medida para prevenir el embarazo.

Papiro en el que se constata uno de los primeros método anticonceptivo
Papiro Ebers

Un mundo en miniatura: El descubrimiento de los espermatozoides

Dibujo de los espermatozoides
Los «animáculos» o, como los conocemos hoy en día, espermatozoides

Con la invención del microscopio se descubrió todo un mundo en miniatura, que de alguna u otra forma influía en nuestra vida. Antonie Van Leeuwenhoek en el siglo XVII, utilizando un microscopio de fabricación propia, realizó observaciones en el semen descubriendo unas pequeñas criaturas que agitaban sus colas a las que denominó “animálculos”.

Estos hallazgos sentaron las bases para que, en el siglo XVIII, Lazzaro Spallanzani llevara a cabo investigaciones adicionales y descubriera cómo los «animálculos» perdían eficacia cuando se alteraba el pH de su entorno mediante la adición de vinagre. Sin embargo, antes de este descubrimiento, ya se tenía conocimiento del uso de sustancias como el alcohol o el yodo para alterar las propiedades del semen con la intención de prevenir el embarazo.

Los efectos de tales sustancias en la disminución de las posibilidades del embarazo ya era conocida, pero fue en el siglo XVIII cuando comenzó a comprenderse en detalle lo que realmente ocurría en términos científicos (Rubio, 2010).

Primeros métodos efectivos

En 1920 se dio a conocer el método Ogino-Knauss, un método diseñado originalmente para lograr la concepción, se comenzó a usar como método anticonceptivo promoviendo las relaciones sexuales en el período no fértil de la mujer, método aclamado por grupos cristianos ya que no iba en contra de sus doctrinas. Aun así, hay constancia de que muchos siglos atrás, Empédocles de Agrigento proponía que el período de mayor concepción ocurría justo antes y después de la menstruación, mismo razonamiento que seguía Hipócrates (Martos, 2010).

En 1930, se logró un aumento significativo en la eficacia de los métodos anticonceptivos gracias al desarrollo del látex (Díaz, 1995). Este avance permitió la creación de condones más seguros y efectivos, marcando un hito en la historia de la planificación familiar y la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

El primer anticonceptivo hormonal

El utilizar hormonas como métodos anticonceptivos se convirtió en una realidad en 1960 con el lanzamiento de Enovid, el primer método de control de la natalidad que tenía como principio de funcionamiento la utilización de hormonas sintéticas (Buttar y Seward, 2009). Esto fue posible gracias al estudio del ciclo ovárico realizado por John Beard en 1898 y al descubrimiento de los estrógenos, la progesterona y de componentes semisintéticos que mostraban una actividad hormonal en estos dos últimos. Este descubrimiento no solo permitió el desarrollo del anticonceptivo Enovid, sino que inició la carrera comercial de controlar la natalidad (Botell y Quintana, 1996).

Frasco del anticonceptivo ENOVID, el primero que salió al mercado, tenia 100 tabletas
ENVOID, el primer anticonceptivo hormonal que salió al mercado. Tenía 100 tabletas.

En la actualidad, los métodos anticonceptivos desempeñan un papel fundamental en la planificación familiar y en el empoderamiento de las personas, especialmente de las mujeres, al otorgarles el poder de decisión sobre su salud y su vida reproductiva. Estos métodos tienen un impacto directo en la salud, el bienestar y la autonomía de las mujeres, así como en el desarrollo sostenible de las comunidades. Más allá de la simple reducción y planificación de embarazos, también contribuyen a la disminución de la mortalidad infantil y la prevalencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) mediante el uso de métodos de barrera.

No obstante, es importante destacar que el acceso a métodos anticonceptivos no es universal ni equitativo. Factores como la situación económica, las creencias religiosas y las consideraciones culturales pueden limitar el acceso de algunas personas a estos recursos. A pesar de los avances, todavía queda un camino por recorrer para garantizar que todas las personas, independientemente de su origen, puedan acceder a métodos anticonceptivos y ejercer su derecho a la planificación familiar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la importancia de los métodos anticonceptivos en la promoción de la salud sexual y reproductiva, así como en la mejora de la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la disparidad en el acceso a estos métodos en diferentes países del mundo sigue siendo un desafío que requiere atención y acción continua (OMS, 2018).

Estadística de los anticonceptivos más usados por mujeres en el mundo

Statista, 2020

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Referencias bibliográficas

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