Los anticonceptivos son métodos que se utilizan con el fin de mantener relaciones sexuales sin el riesgo del embarazo. Los más populares son los de tratamiento hormonal y de barrera, siendo estos últimos utilizados además para prevenir ITS como la Sifilis, la Gonorrea y el VIH (González, 2014).
Se ha constatado el ímpetu por evitar la concepción desde el inicio de la historia escrita. Así lo revela el texto médico de 1850 a.C. el Papiro de Petri el cual sugería el uso de excremento de cocodrilo como método de control del embarazo. En 1550 a.C. el Papiro de Ebers describe una especie de tampón hecho con lienzo y empapado con miel y brotes triturados de acacia que debía de introducirse en la vagina para «dejar de concebir durante uno, dos o tres años»

En 1929 se dio a conocer el método Ogino-Knauss, un método que buscaba la anticoncepción promoviendo las relaciones sexuales en el periodo no fértil de la mujer, método aclamado por grupos cristianos ya que no iba en contra de sus doctrinas. Aun así, hay constancia de que muchos siglos atrás, Empédocles de Agriento proponía que el periodo de mayor concepción ocurría justo antes y después de la menstruación, mismo razonamiento que seguía Hipócrates, quien promovía que se tuviesen relaciones sexuales en los días más fértiles de la mujer. (Martos, 2010).
De esta forma a lo largo de la humanidad se han explorado distintos métodos para prevenir el embarazo, que van desde introducir en la vagina miel y bicarbonato de sodio, el uso de aceites y metales pesados como el plomo o el mercurio, pasando por la clásica historia bíblica de Onan, que hace referencia al coitos interruptus (la cual era profetizada y abalada por la religión del Islam), hasta llegar a la primera concepción de lo que vendría a ser un condón, usado principalmente para prevenir la sífilis y siendo fabricado con membranas de intestinos de animales y luego, en 1930 aumentando su eficacia gracias al desarrollo del látex (Díaz, 1995).
Un mundo en miniatura: El descubrimiento de los espermatozoides

Con la invención del microscopio se descubrió todo un mundo en miniatura, que de alguna u otra forma influía en nuestra vida. Aquí es cuando Antonie Van Leeuwenhoek en el siglo XVII, utilizando un microscopio de fabricación propia realizó observaciones en el semen, descubriendo unas pequeñas criaturas que agitaban sus colas a las que denomino “animálculos”.
Esto permitió que posteriormente en el siglo XVIII Lazzaro Spallanzani descubriera como los “animálculos” perdían eficacia al alterar el PH de su medio con vinagre. Aun así, previo a este descubrimiento ya había constancia del uso de elementos tales como el alcohol o el yodo para alterar las propiedades del semen.
Como queda constancia, los efectos de tales sustancias en las posibilidades de que ocurriese un embarazo ya era conocida, pero en el siglo XVIII ya se comenzó a comprender qué era lo que realmente ocurría (Rubio, 2010).
El primer anticonceptivo hormonal
El utilizar hormonas como métodos anticonceptivos se convirtió en una realidad en 1960 con el lanzamiento de Enovid, el primer método de control de la natalidad que tenía como principio de funcionamiento la utilización de hormonas sintéticas (Buttar y Seward, 2009). Esto fue posible gracias al estudio del ciclo ovárico realizado por John Beard en 1898 y al descubrimiento de los estrógenos, la progesterona y de componentes semisintéticos que mostraban una actividad hormonal en estos dos últimos. Este descubrimiento no solo permitió el desarrollo del anticonceptivo Enovid, sino que inició la carrera comercial de controlar la natalidad (Botell y Quintana, 1996).

Los métodos anticonceptivos hoy en día constituyen un importante motor en lo que respecta a la planificación familiar y el poder de decisión, repercutiendo directamente en la salud, el bienestar y la autonomía de la mujer, así como el desarrollo sostenible de la comunidad. Ya no solo se habla de reducir y planificar los embarazos, sino que de disminuir la mortalidad infantil e incluso las ITS al usar métodos de barrera. A pesar de esto, es un derecho al que no todas las personas pueden optar, ya sea por razones económicas, religiosas o culturales. Aún queda un camino por recorrer en lo que respecta a cubrir la necesidad de anticoncepción en algunos países del mundo. (OMS, 2018).
Estadística de los anticonceptivos más usados por mujeres en el mundo

Recursos externos
- La importancia de América Latina en la masificación de las píldoras anticonceptivas y la triste historia tras esto: https://www.bbc.com/mundo/noticias-42274170
- Un poco de humor, Cantata de la Planificación Familiar de Les Luthier: https://www.youtube.com/watch?v=FQ8bg612s8k
Referencias bibliográficas
Botell, M. L., & Quintana, T. Y. (1996). Orígenes de la anticoncepción. Revista Cubana de Medicina General Integral, 399-402
Buttar, A., & Seward, S. (2009). The Embryo Project Encyclopedia. Recuperado el 23 de 01 de 2019, de https://embryo.asu.edu/pages/enovid-first-hormonal-birthcontrol-pill
Díaz, G. A. (1995). Historia de la anticoncepción. Revista Cubana de Medicina General Integral, 192-194.
González, M. P. (2014). Metodos Anticonceptivos. Recuperado el 01 de 23 de 2019, de https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/metodos-anticonceptivos
Martos, A. (2010). Breve historia del condon y de los metodos anticonceptivos. Madrid: Nowtilus.
OMS. (2018). Organización Mundial de la Salud. Recuperado el 23 de 01 de 2019, de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/family-planningcontraception
Population Reference Bureau. (septiembre 25, 2019). Porcentaje de mujeres que utilizaron métodos anticonceptivos a nivel mundial en 2018, por tipo [Gráfica]. In Statista. Recuperado el 08 de mayo de 2020, de https://es.statista.com/estadisticas/605185/mujeres-que-utilizaron-anticonceptivos-por-tipo-a-nivel-mundial/