Llamamos autoboicot a aquellas conductas que van en contra de nuestros propios objetivos, desgastándonos y dándonos sensación de inutilidad.
Me imagino que muchas veces has vivido alguna situación en la que teniendo claros objetivos propuestos, te hayas encontrado realizando acciones completamente contrarias, las cuales son muy frustrantes o culposas. A esto le llamamos conductas autosaboteadoras.
¿De dónde vienen estas conductas?
Las causas pueden ser múltiples; miedo al éxito, conductas aprendidas, poco apoyo social y/o procrastinación. Más allá de las explicaciones, es necesario poder identificarlas para, en el momento oportuno, hacer algún cambio que redirija nuestros objetivos. Aquí te comparto algunos identificadores de autosabotaje:

Las altas expectativas muchas veces pueden truncar nuestros objetivos, ya que al no contar con las condiciones para poder llevarlo a cabo, no las realizamos. Es decir, no se espera a comenzar poco a poco, y que a medida que vaya pasando el tiempo nuestros objetivos se vayan cumpliendo, sino que queremos todo de inmediato y perfecto. Lamentablemente las cosas no son perfectas, las cosas simplemente son, y muchas de ellas están fuera de nuestro control. Es mejor tener expectativas realistas, concretas y realizables considerando nuestras capacidades.
El fracaso es un posibilidad en cualquier cosa que nos propongamos, no es un secreto, pero muchas veces no lo queremos considerar, tenemos la falsa creencia que por ser nosotros (un poco egocéntrico) nos debe salir todo bien. Entonces, el miedo nos invade, no queremos fracasar por nada del mundo, nos metemos en nuestra cabeza ese miedo y finalmente ni siquiera intentamos dar el primer paso. Considera el fracaso, es parte de la vida misma, y como dicen por ahí, el fracaso nos moldea, nos entrega experiencia.
«El pasto del vecino siempre es más verde que el nuestro» es algo que constantemente se logra ver, al parecer siempre al resto del mundo les va mejor que a nosotros, entonces queremos lograr lo mismo o más que las otras personas. En este sentido, es necesario entender algo: NO SOMOS IGUALES A LOS DEMÁS, no tenemos las mismas habilidades, no tenemos la misma experiencia, no tenemos la misma vida, no somos ni más, ni somos menos, somos diferentes. Dejaremos de compararnos cuando abracemos nuestra individualidad.
Pensamientos negativos: Pensar que todo va a salir mal, que nada a funcionar, que ya lo he intentado todo, que no puedo ni podré jamás. Todo esto va destrozando nuestros objetivos, es darse por vencidos. Esto tampoco se trata de tener fe, sino de mantener una idea y poner el foco en algo en especifico: Nuestra perseverancia. Si no intentamos diferentes ideas, si continuamos haciendo lo mismo pretendiendo obtener resultados diferentes, entonces no lo lograremos. Es imposible haberlo intentado todo, siempre hay algo que no hemos hecho. No se trata tampoco de ser positivos, se trata como dije anteriormente, de ser realistas.
Si consideramos realizar nuestro objetivos por si solos, sin la ayuda de absolutamente nadie, puede que no resulten. Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos la interacción, nos ayuda a crecer tanto personalmente como a nivel de especie. Nada habría logrado la humanidad sin la cooperación, es por esto que la ayuda de otros puede darnos el empuje que necesitamos. Muchas veces se cierran puertas, no logramos ver cosas evidentes (no hay peor ciego que aquel que no quiere ver) por lo que otras personas (amigos, familia o pareja) puede ayudar a abrirnos los ojos, darnos una mano y entregarnos ese impulso. Pedir ayuda no te hace débil, te hace humano.
No podemos pedirle a un perro que vuele por más que se lo pidamos, no tiene las habilidades. Es por esto que si no consideramos nuestras habilidades para hacerlo, puede que tampoco podamos llegar a ese tan anhelado objetivo. Odín Dupeyrón es uno de sus monólogos habla sobre esto, y nos da el ejemplo de aquella persona que ama cantar y quiere ser cantante de opera, pero lamentablemente no tiene la voz para hacerlo, y que por más que lo intente, no podrá. Esto no se trata de cortarle las alas a las personas, sino de considerar mis habilidades, no somos perfectos, no todo lo podemos lograr, no quiere tampoco decir que no lo intentemos, eso puedes hacerlo las veces que quieras. En este mismo sentido, el contexto, es importante a considerar, tanto cultural, social, político y económico, del lugar en donde vives como a nivel personal.

En definitiva, el autoboicot es algo muy presente en nosotros, probablemente te hayas dado cuenta que tienes una o varias de estas conductas. Lo importante no es lamentarnos por tenerlas, sino hacer algo por ellas, hacernos conscientes, aceptarlo e intentar cambiarlo. Es necesario tener expectativas realistas, poner el foco en nuestra perseverancia y habilidades, como también el contexto en el que estamos, pedir ayuda, que alguien nos oriente, dejar de compararnos con los otros y considerar el fracaso como un posible resultado, lo que no quiere decir que no lo intentes o te des por vencido(a) antes de comenzar.
¿Te han gustado las ilustraciones y el arte de este artículo? Visita inlumine.cl/arte para saber más.

Pablo I. Solis
Psicólogo ClínicoDiplomado en Prevención del suicidio
Psicólogo Clínico con tendida experiencia en clínica desde la teoría Racional Emotiva enfocado principalmente en la depresión y en la conducta suicida, siendo expositor de estos temas en seminarios relacionados a la salud mental.